Hoy en mujeres inspiradoras os traemos la historia de una mujer que nos enseña que los sueños son posibles y que cuando las cosas se hacen por amor y por el bien de otros, estas funcionan y siguen funcionando.
Hoy os hablaremos de la historia de la empresaria Mary Kay Ash, quien fundó todo un imperio de cosméticos y que ayudó a muchas otras mujeres a progresar.
Mary desde muy pequeña aprendió a valerse por si misma, pues su mamá trabajaba muchas horas y ella cuidaba de su padre. Se casó muy joven y se convirtió en mamá de tres hijos. Pero más adelante se divorciaría del padre de sus hijos, y es aquí donde Mary consigue un trabajo vendiendo libros.
«Antes de recibir los maravillosos tesoros de una vida feliz, primero debes dar. Da de ti mismo. Sirve a los demás. Sólo lo que das puede multiplicarse en tu propia vida».
Le iba muy bien y es aquí donde ella descubre su pasión por las ventas y por la libertad que le daba, pues podía adaptar sus horarios para dedicarle tiempo a sus hijos, que eran lo más importante de todo para ella. Así estuvo en varias empresas, procurando siempre aprender de los mejores para mejorar ella siempre.
Pero también veía que por cosas de la época, a ella no le iba igual que a los hombres. Entonces llegó a la conclusión de que debía ella misma fundar una empresa que le permitiera a ella y a todas las mujeres progresar.
Sentada en la mesa de comedor de su casa, se dispuso a hacer una lista de todas las cosas buenas que había visto en todas las empresas que había trabajado. Su idea era crear una empresa de mujeres que alcanzaran el éxito ayudando a otras mujeres.
Así que a sus 45 años de edad y con muchísima determinación decidió fundar su propia empresa con todos los ahorros de su vida y la ayuda de su hijo, compró la formula de una crema y fundó su empresa de cosméticos. Al principio era un pequeña tienda pero rápidamente fue creciendo de la mano de su principal lema:
«Permitir a las mujeres progresar ayudando a otras a alcanzar el éxito».
Mes a mes su catalogo de productos fue creciendo, así como mujeres independientes que llegaban a trabajar. Para Mary sus trabajadoras eran lo más importante de todo, y es por eso que tenia muchos incentivos para ellas, como que a la mejor vendedora del año le regalaba un auto Cadillac color rosa.
Mary no solo fue una pionera en muchos aspectos, sino que fue una inspiración para muchísimas mujeres de su época y de hoy en día.
La historia de Mary Kay nos recuerda que todas somos mujeres llenas de determinación, capaces de cumplir nuestros sueños y el de hacer posibles los sueños de otras mujeres. Nos enseña que no hay mejor manera de crecer que ayudando a otros y que esto influye e inspira a muchas más personas a hacer lo mismo, y que solo así podemos hacer del mundo, un mundo mejor.
“Creo que el mayor legado que podemos dejar a la comunidad de niños es que crean que pueden hacer todo en este mundo porque vieron que sus mamás pudieron”.
En Yo Soy Flora creemos en el poder de todas esas mujeres que son capaces de crear y de hacer realidad sus sueños, mujeres poderosas, vibrantes, brillantes y mágicas como Mary Kay Ash.
Yo Soy Flora porque creo en el poder que tengo en mi.
Yo Soy Flora porque Inspiro a otras personas.
Yo dono óvulos porque hago el bien ayudando a otros.
Yo dono óvulos porque quiero cumplir el sueño de otras mujeres.
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