Hace algunos años atrás un grupo de arqueólogos encontraron una muy curiosa tumba en Egipto que había sido profanada e intentado destruir, con rasgos cincelados y sonrientes, hermosos y tan perfectos y sutiles que llamaban mucho la atención comparados a todas las demás tumbas de los diferentes faraones.
Las estatuas que habían sido profanadas no le pertenecían a un faraón cualquiera, sino a uno de los más exitosos e influyente de toda su historia y cuyo reinado duró más que el de la mismísima (Cleopatra). Y es que esta tumba le pertenecía a otra extraordinaria mujer, una Faraona tan inmensa y a la altura de su nombre: «La más importante de las damas nobles».
Y es que hoy en Mujeres inspiradoras os venimos a contar la increíble historia de Hatshepsut, una mujer que llegó a ser faraón por cosas del destino y que llevó un reinado largo y prospero, dejando un legado que aun hoy en día perdura en el tiempo.
Hatshepsut era hija del faraón Tutmosis I, su papá la adoraba y por eso puso mucho cuidado en su educación y en prepararla para reinar. Cuando su padre fallece en esa época en Egipto la línea sucesoria debía transmitirse por el lado masculino para así poder asegurar la dinastía, así que lo sucedió un miembro de la familia real que aunque ya tenia una relación y un hijo con una dama noble, pidió a Hatshepsut que se casara con él, para que ella fuera su reina, ya que su anterior amada no se sentía capaz de aceptar este papel. Y Hatshepsut aceptó porque tenia un fuerte sentido de la responsabilidad, aun cuando ya tenia una vida planeada de retiro.
Pero ella no sabía que el destino le tendría preparados inmensos retos, hazañas que elevarían aun más su nombre y que la harían pasar a la historia cómo lo que fue: una gran mujer que supo enriquecer, embellecer y dirigir un prospero reino, dejando su inmensa huella en el mundo.
Tres años después de su coronación, su esposo Tutmosis II muere, ambos habían tenido una hija que decidió ser sacerdotisa y dedicar su vida a servir a los dioses, con el apoyo total de Hatshepsut, entonces nuevamente el reino se encontraba sin un sucesor claro, y la única opción con sangre real era un niño que era muy muy pequeño para poder gobernar, así que para preservar la estabilidad, la mejor decisión era que Hatshepsut se convirtiera en regente.
Por cosas de la vida o por obra del destino mismo, Tutmosis III nunca pudo ser coronado faraón a nivel espiritual, y por otro lado la figura de Hatshepsut estuvo rodeada de un milagro, donde el mismísimo dios Amon la eligió a ella para ser el faraón de Egipto.
Así que Egipto tenía dos faraones, solo que uno llegó a destacar más que el otro y no era precisamente Tutmosis III.
«Ahora mi corazón se inquieta al pensar en qué dirá la gente que vea mis monumentos en años venideros y que hablará de lo que he hecho»
Hatshepsut fue una sobresaliente guerrera, al menos dos batallas lograron ganar con ella como general a la cabeza. Pero donde destacó aun más fue en la diplomacia, fue una mujer profundamente inteligente que supo rodearse de personas de confianza y muy competentes; y además resolvía todos los conflictos a través de la diplomacia, no por nada ostenta el logro de uno de los reinados más largos y pacíficos.
Ella en todas las representaciones en muros o en papiros, se representaba como un hombre, usando hasta la barba de los faraones, pues los faraones eran la figura en la tierra más cercana a los dioses, y vaya que ella se tomó muy en serio su papel. No se representaba como un hombre porque se sintiera débil, al contrario, era una manera de representar su fuerza y siempre dejando claro en las descripciones de estas representaciones que era una mujer, porque la representación como hombre era solo simbólica.
Durante mucho tiempo se pensó injustamente que Hatshepsut había sido una usurpadora porque eso fue lo que hizo creer el sucesor posterior, ya sea por celos, envidia u odio, pero hoy en día sabemos que eso no fue así. Ella recibió su titulo de faraón por un milagro, escogida por los dioses, en un tiempo en que se creía que los dioses mismos hablaban: no había quien pudiera ir en contra de ellos, su palabra era ley. Hatshepsut tuvo muchas oportunidades de quitarle el titulo al pequeño faraón pero nunca lo hizo, porque no era una mala persona y porque para ella la estabilidad de su pueblo era lo más importante de todo.
Y precisamente por esto, ya sea por celos o por envidia, fue que el faraón posterior a ella quiso borrarla de la historia, para robar sus logros y hacerlos suyos. Dicen que la historia la cuentan los vencedores, pero cuando dejas una huella tan marcada en el mundo, cuando marcas tantos corazones aun en generaciones y generaciones posteriores… es imposible ocultar el sol con el dedo.
De hecho ella es una de los 22 faraones elegidos en 2021 para desfilar en el increíble evento que ha sido la parada de los faraones , que antes del desfile le dedicaron un tiempo específico recordando sus grandes hazañas entre los cuales tenemos uno de los más increíbles templos del Luxur y la fundación del tan famoso valle de los Reyes, que a partir de ese momento se convirtió en el mayor símbolo de poder de los grandes faraones.
En este video podéis admirar un resumen del homenaje a todos estos reyes egipcios, a su cultura, entre ellos Hatshepsut misma.
Hatshepsut es la perfecta representación de una mujer destinada a hacer historia, esposa de un Dios, o la reencarnación de una Diosa misma, no importa, porque lo más importante de todo es saber que fue una mujer bella, inteligente, capaz y decidida que todos debemos recordar.
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