Durante toda la historia de la humanidad, los árboles han estado siempre presente, desde siempre, incluso antes que nosotros. Siendo testigos «silenciosos» de todos los acontecimientos de la historia.
Algunos tan inmensos, poderosos y majestuosos, que durante eones y eones nos han causado fascinación, están tan presente en nuestra vida, que a veces es algo muy normal.
Han estado presente en la mitología de muchas civilizaciones como la roma y la griega donde los dioses tenían algunos árboles característicos a cada uno de ellos; o los celtas, donde los rituales importantes sucedían delante de un árbol o un bosque. También encontramos arboles en muchos pasajes de la biblia, y en el budismo, se dice que Buda nació debajo de un árbol, y lo toman como símbolo de iluminación, incluso hoy en día seguimos representando nuestra historia generacional con arboles.
Los árboles son raíces, vida, nuestros ciclos… el ciclo del mundo.
Como testigos de la historia de todo, tenemos algunos bastante longevos, más de lo que esperaríamos y algunos con nombres bastante significativos.
El primero de de ellos, es el imponente Árbol de Tule un ciprés de Moctezuma o sabino que se encuentra en la ciudad de Santa María del Tule, Oaxaca – México. Siendo uno de los árboles más robusto del mundo también es uno de los más antiguos, pues se estima que tiene más de 2000 años de antigüedad.
Situado frente a una iglesia, está empequeñece a su lado y para abrazarlo, se necesitarían más de 30 personas. Sobre él cuenta la leyenda Zapoteca, que fue plantado por un sacerdote del dios del viento, y Tule significa «Árbol de la iluminación».
Foto: resultado de las 126 fotos unidas, tomadas por Michael «Nick» Nichols
El Presidente, es un árbol tan inmenso que hasta el 2015 no había sido posible tomarle una foto que lo captara por completo y sin ningún tipo de ángulo, desde el suelo hasta la copa del árbol.
Con sus 75 metros de altura y sus 3.266 años de edad, ha estado aquí por más de 110 generaciones de vidas humanas, lleva su nombre en honor al presidente norteamericano Warren G. Harding, ubicado en El Parque Nacional de las Secuoyas en California, Estados Unidos.
Matusalén con sus 4.847 años de edad, deja muy atrás a su homónimo de la biblia y es el árbol vivo más antiguo del mundo.
Matusalén, no era el más antiguo de todos, había un árbol llamado Prometeo que era aun más antiguo pero fue cortado por un estudiante y lo perdimos para siempre. Es por eso que la ubicación de Matusalén no es conocida para todo el mundo para protegerlo. Lo que hace a este árbol único es que es muy resistente al clima y su tronco crea una resina que usa para protegerse de parásitos y animales.
Como dato curioso, Matusalén estaba mucho antes de que la pirámide de Guiza fuera construida.
Foto: Alex Europa
El Árbol de la Vida, ubicado en pleno desierto, sin agua, sin brisa. Es todo un misterio; se dice que tiene alrededor de 400 años y que fue plantado en ese lugar para señalar a los viajeros donde estaba ubicado el jardín del edén mencionado en la biblia.
No se sabe como sobrevive pues esta en el desierto en el medio de la nada, aislado y solo, es el único organismo vegetal vivo en un área de 2km. Se especula que sobrevive por las brisas húmedas que le llegan, y algunas otras personas dicen que sus raíces son tan largas y profundas, que el árbol absorbe directamente la humedad de la tierra.
Como sea, su sola existencia ya es un milagro a la vista, un milagro que vive desde hace 400 años entre nosotros.
Foto: wikipedia
El Pando también conocido como Gigante Temblón, a diferencia de los anteriores, no es un solo árbol, sino que es todo un conjunto de árboles que crecen juntos y conectados. Como si de una colmena se tratara, como si de una gran familia se tratara.
Es un bosque clonal, que surgió de un mismo árbol de Álamo y que crecen todos conectados y comunicándose entre ellos, como normalmente lo hacen los hongos, pero que es sumamente raro en un bosque tan grande como este.
Este bosque o familia lleva habitando este mundo unos 80.000 años.
En Yo Soy Flora conocemos, apreciamos, admiramos y valoramos el papel de los árboles desde toda la vida.
Son protagonistas importantes de nuestra vida, de la vida de todos y del planeta. Y es por que estamos comprometidos a sembrar un árbol por cada donación en un área que lo necesite, árboles que años después esperamos se conviertan en ancestros de próxima generaciones.
Árboles que serán símbolo de vida, de vínculos y de generaciones. Árboles que seguirán siendo testigos de vida, conservando y contando la historia, porque en nuestra misión como “Guardianes de la Vida” queremos cuidarla, protegerla y crear vínculos fuertes.
Y tú puedes ayudarnos a seguir creando vida.
Yo Soy Flora porque difundo el misterio de la Vida como el árbol del desierto.
Yo Soy Flora porque creo familias con conexiones indisolubles como el bosque milenario.
Yo dono óvulos porque es un gesto alquímico como el simiente del Tule plantado por el sacerdote del viento.
Yo dono óvulos porque dono lo que nunca muere: el amor que resiste a cualquier adversidad y al tiempo.
Si queréis tener más información sobre la donación de óvulos, sobre el programa de donación Yo Soy Flora, y ayudar a que otras mujeres a cumplir sus sueños de ser mamá, y para que puedan crear su felicidad, puedes escribir a los números de WhatsApp: 657303780. También podéis escoger cualquier otra forma de contacto de tu preferencia.