En uno de los lugares más remotos del planeta, lo más al sur en donde ha vivido el ser humano, podemos encontrar un idioma que está cerca de morir, y que tiene a una Guardiana que se niega a que esta lengua desaparezca y con ella un mundo de fascinantes historias.
Hoy os venimos a hablar sobre uno de los idiomas más peculiares del mundo, y os hablamos del idioma Yagán, hablado por los Yaganes o Yámanas, un pueblo de más de 2000 años de antigüedad que habitó en el lugar más austral de américa del sur.
Todos los idiomas tienen sus encantos, pero este es diferente de muchas maneras, se caracteriza por se sumamente descriptivo, las expresiones cambian dependiendo de quien habla o del lugar donde se está o de si esa persona presenció el hecho o no.
Por ejemplo tenían cinco palabras diferentes para nombrar la nieve (según el tamaño o la dirección de los copos) y eran muchos los términos que usaban para mencionar la playa, que cambiaba de nombre de acuerdo a que lado del agua estaba quien la mencionaba y según quien fuese el que la nombraba: hahshuk (playa con piedras), lahpicun (playa con barro), asetan (playa arenosa) o wahan (playa para ir a secarse).
Los números solo contaban hasta el 10, pero realmente solo usaban hasta el 3, ya más de 10 para ellos era mucho, y un número aun mayor, era demasiado.
Cuando una persona estaba pasando por una «crisis» la palabra que usaban significaba: “el período difícil en que el cangrejo pierde su viejo caparazón y está esperando a que el nuevo le crezca”.
Posean una distinción en el libro récords guinness, por poseer la palabra más concisa del mundo, «Mamihlapinatapai», una palabra muy difícil de traducir pero que la traducción más cercana es: «una mirada, entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean, pero que ninguno de los dos se atreve a empezar».
Luego de que falleciera su hermana, Cristina Calderón se convirtió en la única persona en el mundo capaz de hablar este idioma de manera fluida, que sin su hermana, se quedo sin alguien con quien pudiera hablarlo.
Y que a sus 93 años, se ha convertido en la Guardiana de toda una lengua y una cultura, porque se ha dedicado junto a su nieta Cristina Zárraga a difundirlo, entre ambas han publicado varios libros: YÁGANKUTA, un diccionario de palabras Yágan, el HAOA USI MITSANA – Remedio de mi Tierra, donde recopilan plantas y medicinas naturales usadas por los Yáganes, y el HAI KUR MAMAŠU ČIS – Quiero contarte un cuento, un libro recopilatorio de cuentos y de cultura de los Yáganes.
Otro libro del que os podemos hablar es el de «La pequeña Yágan» de Víctor Carvajal y con ilustraciones de Alberto Montt un cuento donde vemos las pequeñas aventuras de una niña, creado para que los niños aprendan de esta maravillosa cultura.
Como Guardianes de la Vida, para nosotros también es importante la historia, la cultura y todo nuestro legado, porque Cristina Calderón representa todo una historia de miles de años de pueblos tan diferentes como maravillosos, porque cada vez que vemos morir un idioma, muere consigo una parte de nuestra historia, cada vez que perdemos una cultura, es como perder un trozo de mundo, se pierde toda una forma única que la vida ha manifestado para expresarse.
Se pierde todo un mundo de palabras fascinantes y maravillosas como «Mamihlapinatapai»
Por eso como os comentamos en el articulo de «las plantas cuentan la historia de la Vida» que a la vida y la historia hay que preservarlas, así como lo hacen las plantas.
En Yo Soy Flora nos tomamos muy en serio nuestro papel como “Guardianes de la Vida” estamos comprometidos a cuidarla en todos sus aspectos, tanto difundiendo cultura y arte, como cuidando y difundiendo historia, así como de sembrar un árbol por cada donación en un área de España que lo necesite. Para que sigamos conservando y contando la historia de la Vida, porque en nuestra misión, queremos cuidarla y crear lazos fuertes, tú puedes ayudarnos seguir contando nuestra historia, a difundir historias maravillosas y únicas.
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Yo dono óvulos porque soy capaz de contar y crear nuevas historias.
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Las ilustraciones son propiedad de los maravillosos artistas: Jezu Bunster una talentosa ilustradora chilena, Ilustraciones Alberto Montt del cuento «Una pequeña Yágan», que gracias a ellos hemos podido conocer un poco de los Yágan. En Yo Soy Flora apreciamos el increíble trabajo que estos artistas han hecho para difundir la voz de lo Yágan y os invitamos a explorar sus paginas.