Fotografía: Polina Vysotskaya
Las mujeres nacemos con una cantidad determinada de óvulos inmaduros u ovocitos que tendremos a lo largo de toda nuestra vida. Durante décadas, y a diferencia de lo que ocurre con el resto de las células del organismo, estos ovocitos se mantienen intactos y en condiciones para dar lugar a un hijo sano.
Y es esa la fórmula que ha hallado la naturaleza para asegurar la continuidad de la especie, y no solo nos pasa a las humanas, sino también a la mayoría de hembras mamíferas, con diferencias ya en los ciclos o la regla, como lo mencionamos en: ¿Por qué solo las mujeres menstruamos?
Hasta el momento, se desconocía qué propiedad única tenían estas células, las de mayor tamaño del organismo, que les permitía mantenerse en estado latente durante tanto tiempo.
La genetista Elvan Böke, al frente del laboratorio de biología de los ovocitos y latencia celular del Centre de Regulació Genòmica de Barcelona, y Aída Rodríguez, investigadora postdoctoral en ese laboratorio, han desvelado cuál es ese mecanismo que utilizan los ovocitos para preservar su fertilidad. En un estudio que han publicado en Nature, concluyen que las mitocondrias -las centrales de energía celular- no generan radicales libres que oxiden y envejezcan a los óvulos.
Todas las células, para mantenerse vivas, necesitan generar energía y de eso se encargan las mitocondrias, aunque, a cambio, generan radicales libres que las dañan. Pero este mecanismo no ocurre en los óvulos.
Parece una paradoja de la biología, ¿verdad? Y, aunque es algo sumamente importante, sorprende que hasta ahora apenas se había estudiado cómo los óvulos son capaces de mantenerse durante periodos tan largos de tiempo en perfectas condiciones.
Hay que decir que, en general, la reproducción de la mujer es un ámbito de la ciencia muy infra estudiado, por ejemplo: solo en 2019 hubo siete veces más estudios sobre el esperma que sobre los ovocitos humanos. «Y a ese poco interés hay que sumar lo complejo que resulta trabajar con los ovocitos. No solo porque requiere tener animales, sino porque al tratarse de células que no pueden crecer en cultivo, hay que aislarlos cada vez que tenemos que hacer un experimento»
Que el quid para que los óvulos se mantengan durante tanto tiempo en estado latente, sin envejecer, está en las mitocondrias, un orgánulo que genera la mayor parte de la energía química necesaria para que la célula lleve a cabo sus funciones. Como consecuencia de su propia actividad, las mitocondrias producen radicales libres que dañan a la célula, que la van estropeando y envejeciendo.
Paradójicamente, los ovocitos, que son las células de mayor tamaño del cuerpo y también las que tienen más mitocondrias, se mantienen en perfecto estado durante al menos tres décadas en el caso de las mujeres. Eso también ocurre en animales que tienen esperanzas de vida largas, como otros primates o incluso las ranas, que pueden llegar a vivir 20 años.
Es una cuestión sumamente intrigante y curioso, pues ¿Cómo una mujer de 25 años podía ser una madre joven, tener un bebé nuevo, perfecto, a partir de sus óvulos cuando la mayoría de células de su cuerpo estaban envejeciendo?.
Acaso los ovocitos tienen algún tipo distinto de mitocondrias o se regulan de forma distinta. Los estudios descubrieron que las mitocondrias de los óvulos carecen de una pieza esencial de su maquinaria y que era precisamente eso lo que les permitía funcionar sin producir oxidación.
Para protegerse de los radicales libres y del proceso de oxidación, los ovocitos reestructuran su metabolismo. El proceso por el que la mitocondria le da energía a todas las células implica a cinco complejos de proteínas. Y de estos complejos, el más grande de ellos está desactivado en los ovocitos. De manera que mantienen un consumo bajo de energía, lo que tiene sentido, porque al final están en estado latente sin realizar ninguna función, y es así que los ovocitos se mantienen jóvenes porque evitan una reacción metabólica fundamental que sí qué ocurre en el resto de células del cuerpo humano.
Una solución simple, que no es posible de realizar en otras células, por ejemplo, las neuronas necesitan muchísima energía para funcionar y no pueden permitirse rebajar el nivel de eficiencia de la maquinaria de las mitocondrias. De lo contrario, no generarían la energía requerida y acumularían muchos problemas.
Los especialistas en fertilidad podrían empezar a comprobar los niveles de este complejo I en los ovocitos de mujeres que tienen una infertilidad sin causas aparentes para ver si, tal vez, es que han salido antes de tiempo de este estado latente. Eso podría dar lugar a nuevos tratamientos, como fármacos que inhiban este complejo para ayudar a aumentar el periodo reproductivo.
Con una creciente crisis demográfica y con cada vez menos nacimientos en el mundo, que la fertilidad femenina este tan infra estudiada es algo que no podemos permitirlo.
Ahora, con una población tan envejecida, tener problemas de fertilidad es inasumible. Y por eso es tan importante los avances científicos y que estas cosas se estudien y se sepan, sobre todo porque ayudan muchísimo al campo de la reproducción asistida y la donación de óvulos.
Pues sabiendo como funcionan las cosas, es que podemos ayudar y combatir el invierno demográfico, porque un mundo sin niños, es un mundo sin futuro.
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