Fotografía: Belonozhkina Ekaterina
Siempre es buen momento para agradecer a nuestros padres por ese amor incondicional que nos dan, su mejor expresión está en esta vida que vivimos.
El 17 de septiembre del año 2012, se creó El Día Mundial de las Madres y Padres por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el objetivo de rendir un homenaje a la gran labor y responsabilidad que tienen los padres en la crianza y educación de sus hijos, quienes representan el futuro de la humanidad. Esta celebración es, también, un reconocimiento a quienes con dedicación se ocupan de la crianza de sus hijos, una amorosa y esperanzadora tarea pero, también, llena de temores e incertidumbres.
Los padres constituyen el pilar fundamental de la estructura familiar, las comunidades y la sociedad.
La influencia de las madres y los padres en los niños es esencial, ellos, con la colaboración de abuelos, tíos y maestros, son las principales personas encargadas de la crianza y desarrollo del niño desde el momento mismo de la concepción.
Aunque se diga que es desde ese maravilloso instante del nacimiento, la responsabilidad de los padres surge en el momento mágico de la concepción e, incluso, una paternidad responsable tiene su primer fundamento en la planificación de esta.
La familia es la base de la sociedad por ello cuando las madres y los padres ejercen su rol, los niños se desarrollan y crecen en un ambiente en el cual los valores, la disciplina y la educación constituyen las principales bases, valores estos que vienen a nutrir a la sociedad que espera que estos jóvenes transformen el mundo en un lugar mejor para la vida. Sin una familia sana, nutritiva la sociedad y el mundo estaría sin rumbo.
La crianza de los hijos, por parte de las madres y los padres, en el tercer milenio, sin embargo, se enfrenta a amenazas que afectan su labor. Entre ellos la ONU señala la desigualdad de género, el abandono del hogar por parte de alguno de los padres, la pobreza, la discriminación, la migración, la violencia intrafamiliar y el acceso desigual a la educación; aspectos estos que han ido aumentando y que, de una forma determinante, afecta a innumerables familias en todo el planeta.
Ser madre es un privilegio, uno de los mayores que mujer alguna pueda disfrutar; es también una decisión y una opción. El acto extraordinario de dar vida, poder dejar huellas y convertirse en una guía es un honor que crea responsabilidad y obligaciones. Una madre es fiel y valiente, lucha con amor y convicción y es siempre, para sus hijos, un puerto seguro donde reposar.
Por su parte, el padre es, junto a la madre, coautor de la vida. Papá es un referente fundamental para el resto de la vida, su presencia tiene un gran impacto, Su rol en la crianza de los hijos es fundamental, si la imagen de mamá es esencial para afirmar la sensibilidad, el componente afectivo en la familia; el rol protagónico del padre acusa su máxima expresión en la seguridad que ofrece al núcleo familiar, una seguridad que se crece y refuerza con su presencia.
Hay quienes sienten ese llamado de la maternidad o de la paternidad y acarician el sueño de un hijo, sin embargo, por medios propios no disfrutan de ese privilegio. Tanto amor para dar no puede diluirse en el éter, él puede encontrar su realización a través de la generosidad de quienes son capaces de crear el milagro de la vida. Científicos, expertos, médicos, donantes; hacen posible la concreción y ampliación de la familia.
La donación es, así mismo, un acto de amor infinito, la esencia de la otredad, ayudar a que el otro sea a través de mí. Es dar desde lo más profundo del ser, desde las entrañas de la vida, es abrir el cause de la vida en otro cuerpo.
Padre y madre, ambos, son modelos para sus hijos. Allá donde uno es ternura el otro será la fuerza necesaria. Acá, cuando uno es todo disciplina, el otro es esa flexibilidad consciente y responsable.
Celebremos, entonces, cada día a estos acorazados cuya única arma reposa en su corazón, ese lugar donde se guarda con amor.
Si tienes muchas más preguntas sobre la donación de óvulos y sobre ser donante, recuerda que en Yo Soy Flora siempre las respondemos todas y cada una de ellas, sin ningún compromiso y con el mayor cariño siempre para ti. ¡Escríbenos por Whatsapp o Telegram al 657303780 que estaremos encantad