Fotografía: Monika Porabik
Para todos es sabido que la baja de la tasa de natalidad es común a varios países, sean estos, ricos o pobres. Así se asiste a un envejecimiento de la población más y más notoriamente.
Este fenómeno por llamarlo de alguna manera concierne potencialmente a todo el planeta. Muchos países manifiestan ahora abiertamente su preocupación por la baja constante de la natalidad. En países europeos como Francia, por ejemplo, la tasa de fecundidad ha caído a 1, 87 hijo por mujer. Ni hablar de China (donde prima la política del hijo único puesta en marcha en 1979).
En Estados Unidos está teniendo una serie de malas consecuencias, una de las cuales es la disminución de la esperanza de vida. Esto se debe al hecho de que hay menos jóvenes para apoyar a la población que envejece. Como resultado, el gobierno tiene que gastar más en programas de bienestar social y atención médica. Esto ejerce presión sobre la economía y puede conducir a impuestos más altos.
En los últimos años, la población ha crecido gracias al aumento de la expectativa de vida y no gracias a nuevos nacimientos.
El número de nacimientos ha ido disminuyendo durante años y la población está envejeciendo. Este es un problema para la economía, para el gobierno y para la sociedad en su conjunto. El gobierno está tratando de abordar el problema con programas como el Seguro Social y Medicare, pero estos programas no son suficientes.
La economía también está sufriendo a causa de la crisis demográfica. La población no está creciendo y no hay suficientes trabajadores para mantener a los jubilados. Este es un problema que debe abordarse pronto, o Estados Unidos enfrentará graves consecuencias.
La población disminuye por varios factores, podríamos citar algunos como la inserción de la mujer en el mundo del trabajo, el alza de precios del mercado inmobiliario, la contracepción, e incluso al alto porcentaje de decesos por el Coronavirus.
En este panorama, la realidad nos demuestra que faltan niños. Por lo que asistiremos a una población mundial de 10 millones de habitantes que con los años no aumentará.
¿Qué solución propondríamos?
Desde nuestro programa a donar con Yo Soy Flora, agradecemos a nuestras Floras que no solo llevan amor, magia, y alegría a una familia que no puede concebir hijos naturalmente, sino que nos dan esperanza a todo el mundo porque con su generosidad y valentía ayuda también a combatir la crisis demografía que cada vez más es un problema mundial del cual nos tenemos que ocupar.
“¿Quién alguna vez no se ha interrogado sobre la vida? ¿Quién alguna vez no se ha preguntado qué es la vida?Preguntas demasiado ambiciosas y sin respuestas. Pero a quien, más modestamente, pregunta: “¿Dónde comienza la vida?” ¿Y cuándo? Una respuesta le llega inmediata, tan simple como evidente: “La vida comienza con el nacimiento” y toda inquietud desaparece”. Frédérick Leboyer
Si queréis conocer más información sobre la donación de óvulos, podéis visitar nuestra página web, o escribir al número de WhatsApp: 657303780 o contactarnos por el medio de vuestra preferencia.